Tatiana Orrego, es la creadora de la iniciativa. Cuando me encuentro con el deterioro de los arrecifes naturales de la isla, vi en el proyecto de arte una posibilidad de proteger y potenciar la vida de los corales. Busqué artistas locales, alfareros, para crear un museo submarino que sirviera a la vez de hogar para el coral.

Para Orrego, el Museo Submarino de Isla Fuerte es más que un proyecto de conservación; es un tributo a las raíces indígenas de la región y una oportunidad para preservar el patrimonio cultural perdido. Con cada escultura sumergida, Osorio y Fuentes- los alfareros- no solo moldean el barro, sino también el futuro de los arrecifes de coral en el Caribe colombiano. El compromiso con la conservación marina y la preservación cultural se entrelazan en este innovador proyecto, donde el arte y la naturaleza se unen en un esfuerzo por proteger uno de los ecosistemas más diversos y amenazados del mundo.

Bajo el mar, las piezas que crearon los alfareros se convierten en un «sustrato idóneo» para el crecimiento de nuevos corales. Al principio, «sembraba» partes de coral sobre el barro para iniciar el proceso, últimamente han comenzado a colonizar las estatuas espontáneamente. Parches coloridos recubren las figuras de caciques y deidades precolombinas. Decenas de peces adornan el recorrido a 6 metros de profundidad.

    De ancestros indígenas, imitan las creaciones del pueblo Zenú, que habitó el Caribe colombiano antes de la conquista española. Las esculturas son ahora albergue para los corales, afectados por malas prácticas de turismo y el cambio climático. En el último año, los corales a nivel mundial registraron un nuevo episodio masivo de blanqueamiento debido a las temperaturas récord de los océanos.

    Son 25 figuras de un metro y medio de altura que componen una especie de arrecife artificial. Su estilo precolombino y una abundante cobertura de coral les dan un aura de naufragio milenario, pero en realidad fueron puestas en 2018.

    Los corales, invertebrados marinos, viven en simbiosis con las algas que se encuentran dentro de sus tejidos y les proporcionan alimento. Pero cuando el agua está muy caliente, expulsan las algas y se vuelven blancos, algo que los expone a enfermedades y a la muerte. Colombia cuenta con un área coralina equivalente a 100.000 campos de fútbol. Sin embargo, el 70% de ellos perdió sus colores.

    Algunos curiosos arrancan trozos de coral para llevarlo a la superficie, otras veces el daño es causado por las pisadas y aletazos que le propinan involuntariamente al frágil ecosistema. «La gente no entiende que el coral es un ser vivo».

    Fuente: https://www.elespectador.com/el-magazin-cultural/un-museo-submarino-protege-a-los-corales-en-el-caribe-colombiano-noticias-hoy/

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