Se anuncia con bombos y platillos un nuevo macro plan para Bogotá que implica a cientos de hectáreas para un proyecto urbano que a nombre del desarrollo, el turismo y el crecimiento ciudadano- “La Ciudad Verde”, otra más, a espaldas de las realidades ecológicas de la sabana, el deterioro ambiental creciente que sufre la capital en sus espacios, aire, aguas corrientes, humedales y servicios públicos (sanitarios, de movilidad y salud, etc.) y con pretextos turísticos y económicos.
No es difícil deducir desde ahora que la mega-obra se emparenta con otras del pasado que atentaron contra la biodiversidad, el sistema natural de aguas de la sabana, sostenido por el complejo maravilloso de humedales y corrientes en armonía con los cerros del oriente de la ciudad y cuyas consecuencias no son notables para el buen desarrollo urbano de Bogotá como
lo expresa el atentado de que sigue siendo objeto el resguardo del Vander Hammen en el norte de la ciudad.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.