La Justicia argentina declara culpable a Ricardo La Regina por crueldad animal y daño ambiental, por la destrucción de fauna y flora protegida al pasar una retroexcavadora sobre nidos de pingüinos en su campo. Con casi 100 testigos, la querella convenció al Tribunal Superior de Justicia de Chubut-Patagonia.
“Estamos frente a un verdadero ecocidio. Este es un claro ejemplo de cómo los ecosistemas y las especies son vulnerados a diario por la actividad humana. Lo sucedido da cuenta que estamos ante una masacre de pingüinos a cielo abierto, actos atroces de crueldad animal y daños a los ecosistemas que no pueden quedar impunes.
Punta Tombo es un área protegida, conocida como el Sendero de la Pinguinera, en ella se encuentra la mayor colonia de pingüinos de Magallanes del mundo.
Ricardo La Regina productor ganadero, es dueños de miles y miles de hectáreas en el sur de la provincia de Chubut, entre ellas una vasta zona de Punta Tombo y Punta Clara, pensó que también era dueño de la reserva de animales y todos los recursos naturales y durante varios días de noviembre y diciembre de 2021 se subió a una retroexcavadora y pasó por encima de toda una colonia de pingüinos de Magallanes. Aplastó nidos, mató cientos de ejemplares, derribó malezas, y aplanó un corredor de casi 1000 metros que termina en el mar. Después, como si fuera un baldío, una zona abandonada, el patio de una casa usurpada, levantó un cerco electrificado para que ningún ser vivo invadiera el flamante camino. Con eso mató más pingüinos. El terrateniente tomó la decisión de barrer con los animales justo en el momento del año en el que están por nacer las crías. La masacre, entonces, fue doble. Pingüinos adultos y sus pichones fueron arrollados por la retroexcavadora. Los animales que lograron sobrevivir al paso de la retroexcavadora, quedaron divididos por la cerca. Y muchos de los que intentaron cruzarla, murieron electrocutados. Los especialistas dijeron que es difícil de precisar con exactitud la cantidad de pingüinos asesinados, pero estiman que, al menos, fueron alrededor de 175 y casi 300 pichones quedaron muertos en el remolino de tierra.
Los pingüinos son monógamos, al menos en su gran mayoría. Una vez que arman pareja, construyen un nido que será el punto de encuentro. En ese nido se van a aparear y también morirán. Cada nido, cada punto de encuentro, fue pulverizado por el paso de la topadora de La Regina que levantó más de 40 centímetros de la capa superficial del suelo y fue acumulando tierra durante mil metros. Debajo de toneladas de tierra, arbustos, y arena quedó gran parte de la colonia de pingüinos de Magallanes, que suelen adentrarse unos 150 metros desde la costa. Todos son originarios de la colonia Patagonia Azul, protegida internacionalmente, que en los últimos años se quintuplicó y amplió su base geográfica.
La Justicia argentina declaró culpable al ganadero Ricardo La Regina por daños agravados en una zona de nidificación de pingüinos de Magallanes. Lo condenó por destrucción de flora y fauna silvestre con retroexcavadora en su campo, que alberga una de las grandes colonias mundiales de esta especie de ave migratoria. Los jueces consideraron probado el delito de crueldad animal en uno de los hechos. La investigadora contó con la ayuda de la Fundación National Geographic, desde donde facilitaron 96 imágenes satelitales con las que pudo precisar fecha y hora de la destrucción, es la primera vez que National Geographic interviene en un caso penal en el mundo.
Las organizaciones querellantes celebraron el fallo que manda un mensaje muy claro a la sociedad argentina: destruir la naturaleza y maltratar a los animales tiene consecuencias penales. “Estamos ante una condena histórica y un punto de inflexión decisivo en la lucha contra la impunidad ambiental”
Fuente: El País