El 3 de marzo se celebra el Día Universal de la Fauna Silvestre con el ánimo de reflexionar sobre los deberes humanos (el único ser inteligente de la tierra), respecto de la vida y la naturaleza de la cual somos apenas una partícula y a la que debemos, en su conjunto, la existencia misma.
El hombre en su lucha por la subsistencia ha desarrollado formas de dominación utilitaria de sus entornos por lo cual el agricultor, el ganadero, han domesticado numerosas especies cuya realidad hace parte del desarrollo civilizador, económico y cultural; los tiempos, los poblamientos de especies, incluida la especie humana, las necesidades vitales, etcétera, son el medidor de su proeza pero a la vez de su cautela a fin de evitar abusos que conduzcan a la ruina por exceso y avidez.
Muchas son las especies de todos los hábitats que conforman el mundo, que a lo largo del tiempo han desaparecido por causas geológicas y climáticas pero también a manos de los hombres industriales, lúdicos o simplemente depredadores. Cada vez más y en mayor intensidad, se extinguen especies o se ponen en peligro de extinción, no obstante las medidas y disposiciones mundiales y estatales para evitarlo. Como es el caso de Colombia con la cacería deportiva o la pesca industrial en ríos, lagunas o el océano; por omisión o falta de vigilancia o precariedad normativa; por la acción depredadora y criminal de los deforestadores e incendiarios de los bosques con fines madereros, agro-industriales, ganaderos o coqueros.
El águila y el cóndor están en vías de extinción por cuenta de los cazadores de todas las calañas; el delfín y su pariente el manatí que puebla sectores del río Magdalena y sus humedales, así como en el Amazonas, apenas sobrevive; la iguana cuyos huevos y carne se convirtieron en festín del mal turismo; el cocodrilo, el caimán aguja, la babilla, por razón de sus pieles; el oso de nuestros páramos, el puma o la pantera negra, el jaguar por la cacería y muchas especies de peces de nuestros ríos y lagunas, así como el armadillo, pero también, hasta los apiarios que son víctimas de los insecticidas, para recordar algunas de las especies víctimas del depredador humano.
Que la fecha sirva para reconciliarnos con la naturaleza sin la cual el ser humano desaparecería.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta