Científicos de Kenia hallan un gusano que se alimenta de plástico y puede revolucionar el reciclaje. Se trata del gusano de la harina, una larva de escarabajo normalmente usada para alimentar a mascotas. Estas pequeñas criaturas, en su forma larvaria, tienen una habilidad única: pueden descomponer el poliestireno, uno de los plásticos más comunes y difíciles de degradar.


Estos gusanos poseen una enzima bacteriana en su intestino que le permite digerir y alimentarse de este termoplástico, son capaces de sobrevivir consumiendo poliestireno durante todo su ciclo de vida. Las larvas albergan bacterias especializadas que descomponen los complejos polímeros que forman este plástico en compuestos más simples, permitiendo a los insectos procesar el material sin daños a su organismo, son como una especie de «mini-plantas» de reciclaje que trituran este material plástico con la boca para después alimentar a las bacterias de su intestino.


Estas bacterias no solo convierten el poliestireno en moléculas más simples, sino que lo hacen sin generar subproductos tóxicos, lo que aumenta su viabilidad para aplicaciones futuras. Este descubrimiento abre la puerta a la posibilidad de utilizar las enzimas y microbios del sistema digestivo de las larvas en procesos industriales diseñados para manejar los residuos plásticos de manera más sostenible. Con estos devoradores de plástico naturales, esperan crear nuevas herramientas que ayuden a deshacerse de los residuos plásticos de forma más rápida y eficaz.


Este enfoque no solo aborda la problemática del reciclaje, sino que también reduce la dependencia de procesos mecánicos y químicos que requieren grandes cantidades de energía y emiten gases de efecto invernadero. El uso de estas tecnologías derivadas de organismos vivos podría cambiar radicalmente la manera en que enfrentamos la contaminación plástica, integrando métodos biológicos en sistemas de gestión de residuos en todo el mundo.

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