La ley busca garantizar el bienestar de los ciudadanos y las graves implicaciones a los ecosistemas a través de un entorno libre de ruido nocivo. Obliga a ciudades y municipios a establecer planes contra la contaminación acústica y entrega herramientas a autoridades ambientales para controlar el ruido en zonas rurales.
El articulado del proyecto enfatiza la importancia de proteger a la flora y fauna, especialmente a las aves que habitan en las zonas verdes de las ciudades y municipios, de los efectos adversos del ruido excesivo.
La contaminación acústica es un problema que afecta a los animales en Colombia, ya que dificulta que puedan utilizar el sonido para comunicarse, encontrar comida, aparearse y evitar a los depredadores.
En Bogotá, por ejemplo, el tráfico vehicular y aéreo son las principales fuentes de contaminación acústica. En la ciudad, se han observado cambios en el comportamiento de las aves, como el copetón, que inicia su canto al amanecer antes de lo habitual.
También se ha registrado que otras especies han modificado su frecuencia vocal, tono o amplitud para contrarrestar el ruido.
En los ecosistemas causa alteraciones en los patrones de sonido naturales, pueden llegar a inducir cambios en el comportamiento y la distribución de las especies animales, lo que a su vez puede desencadenar desequilibrios en la dinámica de los ecosistemas.
La responsabilidad para definirla será el Ministerio de Ambiente, que tendrá (18) dieciocho meses contados a partir de la promulgación de la ley para establecer los niveles de inmisión o calidad de ruido ambiental para todo el territorio nacional.
Las alcaldías tendrán las herramientas, pero también la obligación de dotarse de planes de gestión contra el ruido.
Igualmente, la policía va a tener mayores capacidades de sancionar.
Fuente: https://acortar.link/yVvcSX