El Juzgado 84 Civil de Bogotá emitió una sentencia sin precedentes en la que se ordena a una Clínica veterinaria a pagar daños morales a los propietarios del perro llamado Blue, por no haber tomado las medidas adecuadas durante la cirugía, y que causó la muerte del perro.
El análisis forense realizado por una patóloga veterinaria de la Universidad Nacional demostró que la muerte de Blue se debió a anomalías que causaron una obstrucción en las vías aéreas. La clínica no tomó en cuenta los exámenes previos al procedimiento y no contaba con las herramientas adecuadas para reaccionar ante emergencias de este tipo. “Blue no murió por un imprevisto, si lo hubieran intubado, la situación sería distinta”.
El tribunal de ética veterinaria suspendió por cuatro meses al veterinario responsable del perro Blue tras determinar que su muerte fue consecuencia de negligencia médica. Durante el juicio, se consideró el daño moral sufrido por los propietarios del perro. El juez destacó que, aunque no existe una jurisprudencia específica sobre el daño moral en mascotas, “ya en los tribunales se ha reconocido a los perros como miembros de una familia”. Añadió que Blue no era simplemente una mascota para proteger la casa o tener un beneficio económico, sino un “ser querido de la familia”.
La sentencia concluyó con una exhortación a las clínicas veterinarias para que pongan mayor énfasis en el bienestar de los animales durante los procedimientos médicos, recordando que su error y negligencia no solo afectan la vida de la mascota, sino también el bienestar emocional de sus dueños. La resolución de este caso sienta un precedente importante en la valoración del daño moral en relaciones afectivas entre seres humanos y sus animales de compañía.