La Ley 2047 de 2020 prohíbe la experimentación con animales cuando tenga fines asociados a productos cosméticos, al igual que su importación, exportación, fabricación y comercialización. Dicha Ley empezará a regir a partir del 10 de agosto de 2024.

Son excepción a la norma aquellos escenarios en los que no exista una prueba alternativa válida a la experimentación con animales, o que las pruebas se hayan realizado con un fin distinto al cosmético.

A pesar de que la comunidad científica ha identificado que los análisis en animales no son siempre eficaces, y las evidentes diferencias genética que tenemos con conejos, ratones y otras especies, la experimentación sigue siendo una práctica común y sumamente cruel.

No solo se utilizan animales para experimentación en la industria cosmética, también en otras ramas como la industria farmacéutica, médica, bioquímica y química.

SI HAY ALTERNATIVAS

Los laboratorios Pharmagene, en Royston, Inglaterra, son la única compañí­a que usa exclusivamente tejidos humanos y modelos por ordenador en el desarrollo de medicamentos y pruebas de productos. Pharmagene estudia cómo los medicamentos afectan a los genes humanos y sus proteí­nas, mediante biologí­a molecular, bioquí­mica y farmacologí­a analí­tica. Mientras algunas compañí­as usan tejidos animales para estas investigaciones, los cientí­ficos de Pharmagene creen que el proceso es mucho más eficiente usando tejidos humanos. “Si tenemos información sobre genes humanos, ¿cuál es el sentido de recurrir a los animales?”, dice el cofundador de Pharmagene, Gordon Baxter.

En lugar de aplicar quí­micos en los ojos de los animales para pruebas de toxicidad, los investigadores pueden ahora cultivar células en una membrana y monitorear eléctricamente los cambios de las células que han estado expuestas a los quí­micos.

Las pruebas que no utilizan animales son generalmente más económicas, rápidas y precisas que las que utilizan animales. Por razones de salud, económicas y éticas, los investigadores y las reglamentaciones deberí­an centrarse en las pruebas sin animales y eliminar los experimentos con animales que se realizan más por hábito que por considerarse una buena fuente de información.

El llamado es a elegir productos cosméticos, de maquillaje, cuidado personal y del hogar que cuenten con una certificación cruelty free, que aseguren que el producto este 100% libre de análisis en animales en todo su proceso de producción.

Fuente: Fundación Amigos del Planeta.

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