Este fallo reconoce que las mascotas ya no son consideradas como cosas, sino como seres sintientes y son un miembro más de una familia, incluso con protección constitucional.
El fallo expresa que en el concepto de familia multiespecie “los animales pueden ocupar un lugar como integrantes de familias humanas, situación susceptible de protección como realidad social, determinó que en la actualidad el rol de los animales en los núcleos familiares es distinto, tanto, que actualmente se les considera integrantes de la familia, en medio de una categoría que el Tribunal definió como “familia multiespecie”, en la que conviven los humanos y las mascotas.
Si se tiene un animal de compañía y lo tratas como a uno más de la familia, conformas un hogar multiespecie, hace parte del núcleo familiar y por ende debe tenerse en cuenta tanto su bienestar como el de los demás miembros del grupo en que vive. La Sala Mixta del Tribunal aclaró que no es que se esté equiparando a otros animales con los seres humanos, sino por los avances de la sociedad ciertos animales se han integrado a las familias y, en aquellos casos en los que se generan vínculos mutuos, es posible reconocer determinados deberes y obligaciones que conllevarían a algunos mandatos en favor de los animales.
Gracias a este pronunciamiento del Tribunal de Bogotá, y sumado al reconocimiento de la diversidad en las familias, hoy se podría adicionar un argumento jurídico en el que se reconozca no solamente a los individuos que hacen parte de las familias, sino también los roles que estos cumplen al interior de estas.