Deforestación-reforestación son conceptos que por cuenta de la capacidad depredadora del ser humano y su desarrollo, deben generar un ciclo racional y responsable a efectos de que la depredación no le gane la carrera a la vida; existen actividades depredadoras que deben racionalizarse, en concordancia con los ciclos alimenticios y de necesidades de vida,
someterse a un ordenamiento de prelaciones y medidas. Las conquistas de la civilización históricamente tienden a suplir necesidades sin que se destruyan las fuentes y a veces pareciera que se excluyeran en el trámite de la vida: ejemplo actual, la ganadería versus el mantenimiento de los bosques. Así que el ciclo ordena moralmente, que la ganadería extensiva no podrá nunca amenazar la supervivencia de las selvas que son múltiples fuentes de la existencia; así mismo, el procedimiento industrial de la producción ganadera, debe evitar en lo posible, el maltrato de los animales por su inadecuada concentración o por el sometimiento a viajes crueles (transporte de ganado en pie).
Las soluciones deben partir de políticas ambientales necesarias y decisiones industriales complementarias que eviten en lo posible, tanto la deforestación como el maltrato de los animales que hacen parte de los ciclos del consumo. En consecuencia, corresponde a los Estados y organismos internacionales, regular una y otra actividad con el menor daño posible.
A mediano plazo, se deben articular políticas educativas masivas que corresponden al ciudadano cumplirlas bajo la vigilancia de la autoridad y a la vez, que los empresarios cuya mira es la productividad y la ganancia, cooperen evitando las exacerbaciones del consumo, el consumo suntuario y las consecuentes basuras o desperdicios, dentro de los cuales no son menor problema los desechables producidos por la industria.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.