No obstante las disposiciones, las prevenciones y las campañas, las cifras de mutilados y heridos humanos del presente fin de año, superan las de años anteriores. Impotencia del Estado a todos sus niveles, terquedad irresponsable de los usuarios eufóricos de la pólvora y ejercicio de un poder paralegal de los industriales polvoreros que burlan los controles, irresponsabilidad de sus transportadores y distribuidores, así como el mal manejo de los depósitos, convergen dramáticamente en los resultados que ascienden las cifras a más de un millar de heridos en el país y a incendios por su causa.
Al balance anterior se suma la cuantificación parcial de daños en la flora o los bosques tanto como a las crisis en el hábitat de la fauna silvestre. De los animales de hogar se da cuenta de animales perdidos, perturbados y heridos en medio de los estruendos polvoreros que también envenenan el aire y las aguas; es hora de reglamentar seriamente estas actividades, profesionalizar el oficio, vigilar sus procesos y prohibir el uso por particulares.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.