Una macabra paradoja designar así al sitio donde gente anónima abandona a su mísera suerte a los pequeños felinos rechazados en sus hogares humanos. La crueldad humana con los gatos en este caso concreto, refleja como es sabido, ese acelerado proceso que culmina con la saña o indiferencia con que el hombre se torna insensible ante la muerte violenta de sus semejantes por cualquiera razón: Es antecedente de la violencia que vive Colombia.
Al tal parque-purgatorio o parque infernal de la capital santandereana, van a parar los animales desterrados del hogar y sometidos al maltrato que comienza con el desafecto. Viene al caso de este dantesco lugar, la acción agresiva de una mujer que luego de botar literalmente a un gatito enfermo, la emprende contra ciudadanos que reprochan su cruel conducta. En efecto, agrede a patadas y puñetazos a los ciudadanos, hombres y mujeres cuyas lesiones acreditan la tesis de que la violencia humana contra semejantes, comienza degradantemente con el trato criminal contra seres vivos de las demás especies, incluidos los indefensos felinos del hogar.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.