Quisimos en la Fundación Amigos del Planeta, extender a todo este mes la celebración del aire que el mundo recuerda el 17 del mes en curso. Lo hicimos, en concordancia con la cita de Glasgow sobre el cambio climático y el calentamiento global, crisis del plantea en la que el aire incide de manera fundamental.
Toda la humanidad goza y depende del aire pero pocos se informan sobre ese componente sin el cual, la vida no existiría; ¿Qué es y qué se sabe sobre el aire puro? Mucho y nada. Por tratarse de un conjunto de elementos gaseosos en continuo movimiento, escapa a razonamientos comunes y son muchos los componentes y funciones del aire en el quehacer cotidiano de los seres vivos de la tierra y diversas las funciones o aplicaciones que la civilización saca o impone a sus realidades: elementos que lo componen, capas, movimientos, gravedad, temperaturas, luz, evaporación, lluvias, temperaturas, energía, combustión, etc. Como muchos los males que la intervención del ser humano ejerce sobre el aire, a veces para bien, a veces para mal de la vida en su conjunto.
En la mesosfera (de treinta a ochenta kilómetros de altitud), por ejemplo, se forma el ozono, tan importante para el problema de las radiaciones solares y el cambio de temperaturas que precipitan las crisis del clima En la troposfera ocurren los más importantes fenómenos atmosféricos: tormentas, lluvias, granizo, claves para la temperatura, la agricultura, los asentamientos humanos, la vida de los bosques y las aguas y que el hombre, consciente o inconscientemente altera con sus graves consecuencias climáticas. Y del movimiento del aire derivan los vientos, la fuerza eólica que es transformable en energías limpias para suplir los combustibles fósiles; también las tormentas y su violencia arrasadora.
Respecto de sus componentes, también el aire es un continuo movimiento como enorme laboratorio de vida y de muerte; el equilibrio entre el oxígeno y el carbono y otros elementos hacen parte de ese laboratorio en constante función con la interactuación de los bosques, los mares y la “vida” mineral de la tierra que incluye el rol de los seres vivos –animales-, grandes y pequeños donde se ubica el ser humano, desafortunadamente el mayor depredador del aire puro, por el uso de energías que envenenan el aire, que modifica y altera sus elementos con la minería, la tala de bosques, la explotación industrial ganadera, los combustibles industriales, las guerras, etc.
Todo eso y mucho más es el aire, el aire puro, el aire que respiramos y al que estamos infectándola diario con los abusos.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.