El nuevo Ministro de Defensa, (militar), se estrena en el cargo con órdenes perentorias a fin de imponer sobre cualquier otra consideración, la aspersión de glifosato en consecuencia con las fallidas políticas de lucha antidroga.
Asumiendo por sí mismo la autoridad en tan compleja materia, pareciera impartir la orden para que otras agencias del estado se pronuncien en concordancia con su voluntad: para que se otorgue la licencia ambiental, para que se simulen consultas populares, para que se aparente cumplir con los requisitos exigidos por el Consejo de Estado y la Corte Constitucional…
Como quien dice, se obedece o se obedece y fija fecha para iniciar el peligroso riego.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.